García Luna implicado en tortura a hermana de Xóchitl Gálvez, afirma la candidata

CDMX a 3 de abril, 2024.- En una revelación que arroja luz sobre las sombras de la justicia mexicana y la política de seguridad del pasado, Xóchitl Gálvez, candidata presidencial por la coalición PRI, PAN y PRD, compartió una historia personal profundamente conmovedora en una entrevista con Adela Micha. La historia de su hermana, Jacqueline Malinalli Gálvez Ruiz, detenida en 2012 y acusada de presunto secuestro, se convierte en un caso emblemático de las fallas del sistema y los excesos cometidos en nombre de la lucha contra el crimen.

 

La candidata presidencial acusó a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad durante el mandato de Felipe Calderón y recientemente hallado culpable de vínculos con el narcotráfico, de torturar a su hermana en prisión. Este señalamiento se sustenta en un documento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que reconoce, tras aplicar el Protocolo de Estambul, que Jacqueline Malinalli fue víctima de tortura.

 

Este relato no solo arroja dudas sobre la legitimidad de las acciones de García Luna, sino que también pone en evidencia las profundas heridas que la guerra contra el narcotráfico ha dejado en el tejido social de México. La detención de Jacqueline, parte de un grupo acusado de formar la banda «Los Tolmex», abre el debate sobre la eficacia y humanidad de las tácticas empleadas en la seguridad nacional.

 

Durante la entrevista, Gálvez expuso la dilatada espera por justicia, destacando que, tras 11 años, su hermana aún no ha sido sentenciada. Esta prolongada incertidumbre no solo ha afectado a Jacqueline, sino también a su familia. Xóchitl Gálvez, en un gesto de solidaridad y responsabilidad, ha cuidado de las dos hijas de su hermana, asegurando su educación y futuro profesional, una acción que habla del poder de la resiliencia y el apoyo familiar frente a la adversidad.

 

La historia de la familia Gálvez Ruiz es un espejo de los retos que enfrenta México en su sistema de justicia penal y la necesidad urgente de reformas que aseguren el respeto a los derechos humanos y un proceso justo y expedito. Mientras la candidata anticipa una «guerra sucia» en su contra, este caso personal se convierte en un llamado a reflexionar sobre las políticas de seguridad y justicia en el país.

 

A medida que la campaña presidencial avanza, este relato añade una nueva dimensión al debate político, recordándonos que detrás de las estrategias de seguridad y las cifras de delincuencia, hay historias humanas de sufrimiento y lucha por la justicia y la dignidad.

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